Aixeca’t-Levántate ante la perversa utilización de la Diada de Cataluña por parte de un nacionalismo caduco y autoritario

A los ciudadanos españoles interesados, 
La Diada de Cataluña se ha convertido en un evento de gran relevancia en la sociedad catalana y española, no por lo que debiera representar de día festivo, alegre y de hermanamiento, sino por el monopolio de esta celebración en beneficio de una minoría burguesa, minoría que nos gobierna y siempre lo hizo, incluso en los momentos más crudos de la dictadura a la que tanto gustan recordar. 

Cierto que la festividad del 11 de septiembre siempre tuvo un carácter reivindicativo.  El 11 de septiembre de 1976, en Sant Boi de Llobregat, tuvo lugar la primera celebración legal de la Diada después de la Dictadura. A ella acudimos todos los catalanes, nacidos o no en Cataluña para reclamar la elaboración de un estatuto de autonomía y, a partir de ahí se conmemoraba como una festividad cultural y cívica. Desgraciadamente desde hace una década ha experimentado un cambio significativo, desviándose hacia una agenda política que parece servir a intereses económicos y elitistas y en donde lo que prima es el intento de inculcar a sangre y fuego una conciencia política que no todos los catalanes tenemos.

La Diada ha dejado de ser un día para celebrar la cultura catalana y la singularidad regional, como lo hacen el resto de Comunidades Autónomas, destacando el amor por la lengua, la historia y las tradiciones catalanas y la han convertido politizado para convertirla en una plataforma para la promoción de intereses políticos y económicos particulares. Intereses que esta politización ha resultado en la manipulación de la Diada en beneficio de una oligarquía burguesa que utiliza la causa secesionista como un medio para consolidar su poder y mantener su estatus socioeconómico privilegiado. Observamos cómo se han utilizado símbolos y discursos nacionalistas para desviar la atención de las cuestiones sociales y económicas más apremiantes que afectan a la sociedad catalana en su conjunto.

Creemos que la Diada debería volver a sus raíces como una celebración de la diversidad cultural con que cuenta esta Comunidad Autónoma, abierta a todas las voces y perspectivas de la sociedad. La politización en beneficio de una élite económica no hace más que profundizar las divisiones en la sociedad y obstaculizar un diálogo constructivo sobre el futuro de Cataluña y España. 

Por tanto, exigimos el respeto por la diversidad de opiniones dentro de Cataluña. Es esencial separar la celebración de la cultura y el sentido de catalanidad de los intereses políticos y económicos particulares. Solo así podremos avanzar hacia un futuro en el que todos los ciudadanos, independientemente de sus creencias políticas, puedan contribuir al bienestar y la prosperidad de Cataluña y España.

La Diada debe ser un día de unión, diálogo y respeto mutuo, en el que celebremos lo que nos une como sociedad y trabajemos juntos para superar los desafíos que enfrentamos. La Diada debería ser un faro de esperanza y unidad para todos los catalanes.